Alfa Romeo 4C
El 4C es pura exclusividad. Primero, porque no será fácil coincidir en la carretera con otro; pero también por procurarnos unas experiencias que recuerdan a superdeportivos tipo Ferrari. Es caro y bastante incómodo, pero corre con desesperación y da sentido al verbo 'pilotar'. No estamos ante un producto apto para todos los públicos, y coupés como el Audi TT o el citado Cayman son cómodos como limusinas al lado de nuestro protagonista, que mide menos de cuatro metros y es bajísimo: 1,18 metros. Para sentarse hay que 'tirarse' al suelo, y una vez acoplados al interior percibimos cierta atmósfera de competición, realzada por la gran cantidad de fibra de carbono a la vista. Es, de hecho, el material con el que se construye el chasis , y de ahí que el 4C, en vacío, pese sólo 895 kilos. Impresionante. Sin duda, la ligereza es el argumento técnico esencial en un coche único por tantos y tantos motivos.